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Una feminista habla acerca del aborto


"Hay una tremenda tristeza, una soledad en el grito: "El derecho de una mujer para escoger" Nadie quiere un aborto como quisiera un cono de helado o un auto de lujo. Ella quiere un aborto como un animal cogido en una trampa quiere arrancarse su propia pierna" --Frederica Mathewes-Green

¿Cómo se llegó a esto?

Mary Krane Derr dice que en cualquier civilización, las leyes que protegen al débil del fuerte pertenecen al núcleo irreductible de la justicia.

Daphne de Jong dice que las demandas de las mujeres por el aborto son evidencia de un odio a nosotras mismas y un total rechazo de una parte vital de nuestro ser e identidad sexual.

Linda Bird Francke dice que un aborto es un shock para el sistema de una mujer, particularmente para el útero. Tanto ella como de Jong hablan del útero como el núcleo emocional de la mujer.

Adrienne Rich dice que el aborto es una violencia profunda, desesperada que la mujer se inflige a si misma.

En vez de tratar a nuestras capacidades reproductivas como una causa de celebración, nos hemos rendido al punto de vista masculino de nosotras como hombres imperfectos. Hemos mostrado una profunda ausencia de fuerza personal al enfrentar este último asalto a nuestra individualidad.

Teníamos grandes esperanzas en los 60's. Estabamos a punto de obtener la igualdad.

Tendríamos sustancialmente la misma paga por sustancialmente el mismo trabajo. Tendríamos similares oportunidades de progreso. Tendríamos similar logro académico. Tendríamos igualdad en las cortes. No seríamos forzadas a escoger entre una carrera y la maternidad. Seríamos fuertes, y nos enorgulleceríamos en ser mujeres.

¿Que sucedió?

Dos o tres décadas después, nuestras esperanzas han sido desechadas. ¿Qué tenemos para mostrar?

Nos atacamos a nosotras mismas. Si nos embarazamos en un momento inconveniente, nos atacamos a nosotras mismas y nos enorgullecemos de hacerlo.

Bien, yo digo, NUNCA MAS

Hemos derrochado horas discutiendo una con la otra acerca de si el niño que estamos llevando es totalmente humano o no. Descansamos, vamos a casa, comemos y dormimos, y luego pasamos horas, de nuevo, discutiendo si el niño es totalmente humano o no. La ironía en este debate es que como mujeres hemos tratado de establecer que nosotras somos totalmente humanas, gritando en rebelión contra un orden social que nos había dado una humanidad de segunda clase desde tiempos inmemoriales. ¿Qué hemos ganado? ¡Nada! Las mujeres todavía son forzadas a usar ropa negra en el clima desértico, cubriendo completamente sus cuerpos, porque los hombres se niegan a controlar su lujuria. Las mujeres todavía son forzadas a la mutilación genital. Las mujeres todavía son violadas en tiempo de guerra. Las mujeres aún son violadas en tiempos de paz. Podemos ir a nuestras clases de artes marciales, y aprender como pelear y resistir, pero las mujeres aún son sujetas a la violencia doméstica, tanto física como verbal, y son forzadas a mirar y consentir, mientras nuestros hijos son atacados.

¿Cómo podemos demandar ser reconocidas como totalmente humanas si todo lo que hacemos con eso es darnos la vuelta y quitar a nuestros hijos el status de seres humanos?

¡No tenemos orgullo! No gritamos que ser mujer es hermoso. En vez de eso imitamos a los hombres. Debemos ser como ellos de todas las maneras. Debemos ser como ellos sexualmente. Existe vergüenza en demandar un compromiso antes de entregar la más preciada de nuestras posesiones: nuestros cuerpos. ¿Pero la hay?

Pensamos que debemos ser agresivas. Hemos olvidado como recibir con gracia. ¿Si admito a otra feminista que puedo agradecer a un hombre por sostener la puerta para mí, amablemente, seré aislada? Yo, por supuesto, sostendré la puerta abierta para el hombre ortés. ¿Por qué debo responder a la cortesía con hostilidad? Más que ver a la amabilidad como una rebaja, déjenme demandar que el hombre sea amable conmigo todo el tiempo. Déjenlo ser amable cuando yo busco igualdad en el lugar de trabajo, en el mercado laboral. ¡Déjenlo ser amable cuando estoy embarazada!

¿Por qué mis hermanas toleran hombres abusivos? ¿Por qué siguen en una relación abusiva? Cuando yo era una adolescente, el chico que se sentaba frente mío en la clase de historia querían invitarme a salir. Consideré sus ideas interesantes, así que estuve dispuesta a pasar tiempo con él. Él me enseñó a jugar ajedrez. Me gusta el ajedrez. Me enseñó a apreciar el jazz progresivo. Pero no me respetó. No me di cuenta de esto en un principio. Una noche, me exigió que le dejara besarme. Para mí, besar es un regalo precioso. Era algo que quería guardar para mi esposo. ¡Tengo ese derecho! ¡Soy una mujer! Me negué. Él me golpeó en el trasero. Le mostré la puerta y nunca miré atrás. ¿Por qué soy diferente? ¿Por qué rompí una relación abusiva en su inicio? ¿Por qué no pueden todas las mujeres demandar respeto?

Las mujeres están asustadas. Pensamos que si no hacemos exactamente lo que el hombre de nuestras vidas quiere, lo perderemos. Si no hace lo que es mejor para nuestro bienestar, (y no estoy hablando de egoísmo aquí, sino que espero ser respetada y cuidada, que no se tomen ventaja de mi sexual ni emocionalmente) entonces ¿por qué queremos a este hombre en primer lugar?

La respuesta de la mujer ha sido siempre, que no tenemos el poder, la fuerza o la autosuficiencia. Si no nos sometemos, perdemos nuestra seguridad. Así que nos sometemos. Queremos ser amadas, pero confundimos agresividad sexual con amor. Queremos ser cuidadas, pero confundimos posesión con cuidado. No podemos buscar un hombre bueno, debemos esperar que él nos busque. Si llamamos la atención, entonces debemos estar alerta, porque sino podemos perder al único hombre que nos prestó atención, y entonces ¡estaremos solas!

De alguna forma, ¡tener una relación abusiva es mejor que estar sola!

No hay suficientes hombres buenos. Y nosotras hacemos muy poco para merecer a un hombre bueno. ¿Estamos dispuestas a hacer nuestra parte? ¿Lo cuidaremos a él y a nuestros hijos? ¿Respetaremos su cuerpo, y nos entregaremos solo a él? ¿Y gritamos en rebelión que tantos hombres son abusivos, viciosos y violentos con las mujeres a quienes dicen amar? ¡No! ¡Nos estamos dando la espalda a nosotras mismas! Dejamos que un hombre tome ventaja de nosotras; vendemos nuestros cuerpos con descuento, y entonces, cuando nos embarazamos, vamos y permitimos a algún hombre atacar la parte más personal de nuestro ser, violar y rasgar con fríos instrumentos de muerte, ¡y nos enorgullecemos de eso! ¿Qué tan enfermas podemos estar?

Yo, por cierto, ¡nunca me enorgulleceré del aborto! El aborto es un ataque odioso a nosotras mismas, una auto-inmolación, un acto de suicidio a través de otro.

¿Qué es la sexualidad de una mujer? Es diferente de la de un hombre. Tenemos muchas dimensiones en nuestra sexualidad que no tienen contrapartida en la sexualidad masculina. Llevamos jóvenes dentro de nuestros cuerpos en la relación más íntima que conozca la raza humana. Podemos sentir a nuestros hijos, y podemos interactuar con ellos. Esa clase de lazo y unión no ocurre en ningún otro momento entre los seres humanos. Cuando nacemos, tenemos la capacidad de tener una intensa experiencia sexual. Y aún así, las mujeres de todo el mundo están tan envueltas en el dolor del alumbramiento, ¡que nunca experimentan las otras sensaciones! ¡Por qué no podemos concentrarnos en ayudar a las mujeres en ser saludables para así poder experimentar el gozo de las sensaciones! Habiendo dado a luz, entonces podemos nutrir a nuestros hijos con el seno. Una vez más, esta es parte de nuestra experiencia sexual que un hombre nunca podrá conocer. ¿Qué nos ha sucedido? ¿Por qué damos la espalda a nuestra propia sexualidad, y atacamos nuestra propia sexualidad?, ¿Porque nuestros niños son una inconveniencia para los hombres?

Una mujer es engañada para tener un aborto, ¡y ella piensa que tiene libertad de opción!

Nos negamos a enfrentar el hecho de que las mujeres nos hemos puesto en contra de nosotras mismas y de nuestra femineidad. Nos negamos a enfrentar el hecho de que las mujeres están muriendo de abortos legales. Nos negamos a enfrentar el hecho de que puedes arrancar a un bebé de nuestros cuerpos pero no puedes arrancarlo de nuestros corazones.

Y mientras lo hagas, ¡no llames al bebé parte de mi cuerpo! Yo di a luz tres niños. ¡No hay forma de que sus órganos sexuales fueran alguna vez parte de mi cuerpo!

Una mujer puede no saber que un aborto es altamente peligroso. Ella está siendo engañada, y nosotras consentimos en ese engaño y la abandonamos en su hora de mayor necesidad. Toda la gente que hace dinero al desgarrar nuestros cuerpos nos dice que el aborto es más seguro que el alumbramiento. ¡Insensatez! ¿Desde cuando es la destrucción de una función femenina normal, una función sexual, más segura que dejar que ocurra naturalmente: estar embarazada y dar a luz?

¡Esto es una locura, mis hermanas!

Y ahora nos dicen que los abortos nuevos y mejorados incluyen drogas y tapones. Ahora nos han dado una forma más de destruirnos a nosotras mismas. ¡Ahora se supone que debemos contaminar nuestros cuerpos!

Lo digo de nuevo: ¡El aborto es violación con fríos instrumentos de muerte!

¿En qué queremos convertirnos? ¿Queremos volvernos unos sonrientes, llorones pequeños montones de basura e ir a las cortes a decir: " Por favor déjenlos violarme!" e ir a los legisladores y decir "Por favor, por favor déjenlos continuar violándome!" e ir a alguna pobre excusa de ser humano llamado aborcionista y decir, "Por favor, por favor, por favor vióleme"? ¿Es esto en lo que queremos convertirnos? ¿Qué está mal con nosotras?

Mujeres me han dicho que el acceso al aborto da poder. Si ser un atropellador colosal es poder, ¡no quiero ser parte de eso! Desde tiempos inmemoriales, la gente ha sido privada de derechos porque alguien más era un atropellador más grande. Ahora ¿aspiramos a ser las atropelladoras más grandes de todos, y destruir a nuestros hijos en el nombre de la libertad? ¡NO! No existe mayor poder al someter a otro. Todo lo que eso hace es demostrar al mundo que no tenemos auto-estima! Hermana, ¡ve y somete a alguno de tu mismo tamaño!

Se nos dice que el aborto no es nada. Nos dicen que no debemos arrepentirnos. Nos dicen que no debemos penar y que no debemos sufrir. Nos dicen que no debemos estar en agonía. Si una mujer habla de su agonía, ¡es silenciada!

¿Es sorprendente que tantas mujeres sufran de angustia mental y algunas veces no tengan esperanza de recuperarse? ¿Es una maravilla? Se nos vende una lista de bienes. Y algunos de nosotros la compra.

¡Hemos sufrido el aborto por treinta largos y terribles años!

¿Por qué nos estamos haciendo esto unos a otros? ¿Por qué?

¡Estoy ultrajada, mis hermanas!

Debemos empezar a reconocer que el aborto es una abominación contra la mujer y la humanidad. ¡No es algo para enorgullecerse, y ¡no es algo para escoger! Saben lo que dicen, ¿qué tal si hubiera una guerra y nadie asistiera? Bien, ¿qué tal si ofrecieran abortos y nadie aceptara? Si fuéramos sinceras con nosotras mismas, el aborto sería legal en todas partes y NADIE VENDERIA UN ABORTO A UNA MUJER.

Debemos empezar a darnos cuenta de que nos han vendido una lista de bienes. ¡Debemos empezar por REBELARNOS! ¡En el nombre de la igualdad, la única cosa que hemos ganado es el "derecho" a atacarnos a nosotras mismas y a nuestros hijos!

¡No me den abortos! ¡Denme igualdad!

¡El aborto es REPUGNANTE!

¡Aquí RENUNCIO al aborto como la maligna mentira que es!

¡Aquí me REBELO contra el aborto! Totalmente, completamente, absolutamente.

¡Nunca más!

Y digo de nuevo:

¡NUNCA MAS!

¡¡¡MANTENGAN SUS ABORTOS FUERA DE NUESTROS CUERPOS!!!

Copyright © 1999 por Pat Goltz


Se concede permiso a cualquier persona para reproducir este ensayo en su totalidad, sin comentarios, con el crédito apropiado.

Gracias a la Srta. Karina Vargas por esta traducción.




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